Recuperar la humanidad en el mundo del trabajo
El Primero de mayo es un día importante en el calendario para aquellas personas que conectan con la experiencia de que son muchas las reivindicaciones laborales y sociales aún pendientes por cumplir para garantizar los derechos laborales para una vida digna. Seguimos hablando de jornada laboral mínima, de condiciones de seguridad en el lugar de trabajo, de prestaciones sociales obligatorias, también hablamos de garantías para la conciliación laboral y familiar, porque las cosas sí han mejorado en algunas partes del planeta, de políticas no discriminatorias, de derecho al teletrabajo… En definitiva, seguimos empujando para que el trabajo no sea un régimen de esclavitud, carente de propósito y significado para miles de personas. Pero, ¿realmente dejamos de ser esclavos solo con adquirir esos derechos? En Resuena, creemos en la utopía de que el trabajo puede trascender el lugar de la obligación y el deber, de lo que necesito para vivir, y convertirse en lo que quiero para mi vida. Porque no pensamos que el mundo sea un campo de batalla en el que haya que luchar para sobrevivir, sino un lugar en el que hay suficiente para tod@s, y podemos compartir de manera colaborativa.
Es común escuchar lamentos en la vida cotidiana relacionados con la perspectiva de volver a trabajar, ya sea un domingo en la noche, o a la vuelta de unas vacaciones. Incluso en aquellos países con regulaciones laborales más progresistas y garantistas, el lugar de trabajo es para muchas personas fuente frecuente de cansancio, tensiones, estrés, competitividad, desconfianza, frustraciones, depresión u otras enfermedades. Todo esto pasa como algo natural bajo la premisa de que para realizarnos como personas tenemos que ser productivos, tener una función social reconocida, valer, ganarnos la vida. En efecto, el reconocimiento, el crecimiento, la estabilidad, la seguridad, son necesidades humanas que todas las personas vivimos. Pero también lo son – y en igual orden de importancia- la posibilidad de participar, la dignidad, la inspiración, la creatividad, el propósito, la autenticidad o el gozo. ¿Dónde encontramos el espacio para éstas cuando se supone que el trabajo es algo “que toca”, de lo que “dependo para vivir” y para ser reconocida y tratada “como ciudadan@ con plenos derechos”?
En el funcionamiento vigente, los sistemas laborales funcionan desde la coerción, el control, el sentido de la obligación y al servicio de intereses individuales orientados por ganancias materiales que no vemos repercutir en un bienestar común. Así el trabajo en muchos casos se puede convertir en una prisión, en la que cada día siento que pierdo mi poder o me evado de mis propios sueños y anhelos. Entro a funcionar al mando de alguien, o mandando a alguien. En Resuena queremos cuestionar y transformar esta forma de funcionar, porque pensamos que perpetúa un estado de cosas desconectado del potencial de la vida y eso genera una ciudadanía alienada y desempoderada: las motivaciones se dan en la forma de recompensas o castigos a la productividad con la que trabajo, al margen de mis motivaciones personales, de mis necesidades y del impacto en la vida del planeta. Creemos que es posible un mundo laboral que funcione de manera colaborativa porque creemos que la gente disfruta dando cuando puede elegir, y que cómo nos necesitamos mutuamente, somos capaces de compartir los recursos disponibles de manera sabia y cuidadosa, orientados a atender las necesidades de la vida que permiten que el sistema se regenere de manera saludable y armónica.
El reto es tomar conciencia de las elecciones que constantemente hacemos y hacerlo tomando las riendas de nuestras vidas: puedo elegir vivir el trabajo como una obligación a expensas de mis necesidades o de las de los demás, o vivir el trabajo como una elección auténtica y libre, que responde a mis necesidades, a la realización de mis sueños y propósito en todos los niveles. Desde esta elección, se abre la posibilidad a que sea un espacio de construcción de confianza, amor propio, libre expresión, poder interior. Y para eso, quizá sea útil preguntarte si el trabajo que haces tiene sentido para ti y, sobretodo, creer en que lo que sientes es importante: seguir tu corazón.
Además, si atendemos a las necesidades humanas, si elegimos desde un lugar de responsabilidad y conexión con nuestra naturaleza, podemos cocrear con nuestro trabajo un futuro que esté a la altura del reto de cuidar un planeta, esa red de la vida que nos sostiene. ¿Cómo lograr que el trabajo nos lleve a fortalecer el tejido colectivo y nuestra capacidad de atender con gozo las necesidades de tod@s?
Tips
Si no te sientes plen@ con lo que haces, atrévete a escuchar lo que dice tu corazón, cree en ti y toma la decisión de saltar a lo desconocido tan pronto como puedas. Aplazar tus necesidades solo aumenta el nivel de insatisfacción y de desconfianza en ti mism@.
Tu eres importante para el planeta, tu propósito de vida se encuentra en la intersección de lo que te da más felicidad y una necesidad muy sentida del planeta, descubre tu propósito y dale vida.
Haz una lista de al menos 5 cosas que crees que te toca hacer en tu espacio laboral: ¿las puedes traducir en elecciones que tomas para contribuir a sentirte bien? Por ejemplo: En mi trabajo me toca dedicar al menos 3 horas al día en responder correos electrónicos. A: En mi trabajo elijo dedicar al menos 3 horas al día en responder correos electrónicos porque para mi es muy importante cuidar las relaciones con las personas y corresponder a sus muestras de interés y propósitos comunes. Si descubres que la razón por la que eliges hacer estas cosas es más un sacrificio que algo que quieres, entonces no lo hagas, no vayas en contra de ti mism@, y usa tu creatividad y capacidad de colaboración para manifestar una realidad en la que tú importes.
En Resuena creemos que el primer paso hacia la liberación personal es tomar responsabilidad por nuestras desiciones y reconocer nuestro super poder de elegir lo que nos hace bien. Si haces este ejercicio y descubres un viento de libertad: por favor, ¡comunícate con nostr@s y cuéntanos!