Hay caminos distintos a la polarización

 

Escribimos este blog, cuando estamos apenas a unas semanas de la segunda vuelta para elegir el próximo presidente de Colombia. Desde Resuena queremos aportar una perspectiva desde la noviolencia que nos permita ampliar nuestra perspectiva frente al clima de polarización que se ha venido fabricando, y a la vez, dar herramientas que contribuyan a generar en cambio de clima hacia la empatía, la conexión y el apoyo mutuo.

Antes de continuar queremos decir que creemos que la actual tensión en Colombia constituye una fase necesaria del proceso de transición desde una paz negativa, en la que la gente aceptaba pasivamente su grave situación, a una paz sustantiva y positiva, en la que la gente empieza a despertar, y busca hacer realidad los cambios que nos permitan respetar la dignidad y el valor intrínseco de las personas y la naturaleza. Estos cambios generan tensiones con quienes sienten que no son necesarios, y eso hace parte del proceso de democratización de una sociedad. Lo que pasa es que no toda tensión tiene que terminar en polzarización, por eso les compartimos estas herramientas.

Oír los dos lados

Escuchar los dos lados nos recuerda que un solo lado de la historia es a menudo incompleto.


Escuchar los dos lados no sólo nos da una mirada más completa, sino que también nos permite escuchar las múltiples perspectivas que existen sobre un mismo asunto. Una sociedad que no se escucha entre si, tiende a construir permanentemente evidencias que sólo le dan crédito a sus propias historias mientras niega las del otr@. Por ejemplo, en una relación siempre hay dos lados, y por lo general, cada uno cree tener la razón, esto perpetúa la idea de separación. Resuena cree que hay verdad en los dos lados, y que escucharla sin juzgarla puede ser un poderoso punto de encuentro. Pensamos que para generar empatía y conexión es necesario liberarnos de oír para buscar la razón y empezar a oír para comprender al otr@.

En nuestro clima político actual, es posible que haya temor de entender al otro porque puede confundirse con estar de acuerdo: oír al otro lado pasa por ir más allá de todos los señalamientos y acusaciones hacia quien opina diferente, y poder oír lo que realmente es importante para cada un@. Las narrativas deshumanizantes nunca son verdad!! Siempre hay una razón detrás de cada acto, nos convenza o no, muy humana. Quitarle la parte humana al otr@, puede ser una forma cómoda de no oír su verdad, y también peligrosa, porque así comienzan las guerras.

Humanizarnos pasa por oír el dolor del otr@
Parte de la deshumanización ocurre cuando el dolor (duelo, rabia, miedo) de tener necesidades insatisfechas se suprime y se exterioriza en culpas hacia fuera.
Ninguna discusión se da en abstracto, cada conversación tiene un contexto emocional que muchas veces es el que rige el espacio. Es importante hacer consciente que cuando alguien tiene dolor emocional dentro de sí, esto le dificulta su capacidad de oír al otr@: entre más alto el dolor emocional más alta la sordera. Esta sordera se puede disminuir cuando el significado más profundo de lo que la persona está diciendo logra ser escuchado, y cuando logramos oír el significado detrás de las acciones o palabras dolorosas del otro, podemos empezar a comprender y deshacer imágenes enemigas que tengamos de esa persona. Creemos que es importante tener en cuenta que la vida en Colombia se ha desarrollado en un contexto de violencia que afecta nuestras interacciones. Para nosotras, una forma de interrumpirla es no ignorando esta violencia, ni reproduciéndola reactivamente, sino haciendo un esfuerzo por escuchar y darle un lugar al dolor del otr@. Sin competir: no hay un dolor más grave que otro, cada uno tiene su lugar.


Tomar como propia la preocupación de otras personas
Cuando estén en una conversación sobre las elecciones intenten hacer el esfuerzo de transformar desacuerdos sobre posiciones en acuerdos sobre principios, esa puede ser otra forma de conectar y tener puntos de encuentro. Los principios son lo suficientemente amplios como para integrar las necesidades comunes, por eso, una constitución es más una carta de principios que de posiciones. Más que buscar argumentos, busquémonos en lo que es esencialmente importante para unas y otros, y también para este NOSOTR@S. La ética del cuidado es fundamental aquí: cuidémonos y aprendamos a diferenciar las preferencias personales de los conflictos sistémicos que nos afectan a tod@s.


Tener conciencia de que el sistema electoral es parte del problema
Así como las discusiones tienen un contexto emocional, también ocurren en medio de unas reglas de juego que, en este caso, dicen que alguien tiene que ganar y alguien tiene que perder. Esto nos pone a competir entre nosotr@s, y en vez de colaborar para que las necesidades de tod@s sean incluidas, terminamos defendiendo al candidato que más siento que me representa. Este sistema se mueve en la lógica de la dominación y la escasez, que dice que no hay suficiente para tod@s, entonces tenemos que luchar entre nosotr@s para atender nuestras necesidades. Martin Luther King Jr decía que somos muy agresivos con las personas y muy conciliadores con las estructuras, que son las que perduran a lo largo del tiempo. Él nos proponía cambiar la ecuación: ser conciliadores con las personas y usar nuestra agresividad hacia las estructuras que nos separan. ¿Qué tal si empezamos a imaginar sistemas de abundancia en los que las estructuras no nos pongan a competir sino a colaborar, y buscamos acercarnos cada vez más entre nosotr@s? Resuena cree que es hora de generar nuevas estructuras que honren la dignidad de la vida en abundancia para tod@s.


En este punto, les proponemos el reto de parar de crear condiciones para la Guerra, de parar de demonizar al que piensa distinto, de parar de degradar y psicoanalizar al oponente, y buscar el camino que nos acerca y humaniza nuestras diferencias. Se lo proponemos no solo porque sabemos que es una elección personal de la cual somos capaces, sino también porque aunque estas tácticas pueden funcionar en el corto plazo, pues al final alguien gana y alguien pierde, en el largo plazo sólo fortalecen el clima de odio y la mentalidad de guerra. Esperamos con este artículo haber contribuido, así sea con un pequeño cambio de perspectiva, con alternativas para superar estas formas de separación.

 
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