¿Podemos traer empatía y compasión al mundo de la política?

 

El día de las elecciones se acerca y pareciera que cada vez estamos más polarizad@s, más dividido@s. Abundan las (narrativas) los discursos que generan una clara demarcación entre los buenos (nosotros), y los malos (ellos). ¿Cómo encontrarnos más allá de esa dicotomía?

Mi amiga Joan me dice que es un reto para ella saber cómo hablar de política con personas con las que no está de acuerdo. La entiendo, porque no es un reto que se pueda resolver con ideas, argumentos o buscando tener la razón, que son las herramientas que tenemos a la mano en esos momentos. Muchas veces esas personas son amig@s y familiares, lo cual puede resultar aún más difícil e incluso doloroso. Si queremos un futuro en el que las heridas se sanen, haya empatía y apoyo mutuo, necesitamos empezar por nosotr@s. ¿Entonces, qué podemos hacer?

Necesitamos introducir una clase diferente de fuerza. Una fuerza que nos conecte y abra el espacio entre tu verdad y la mía. ¡Empecemos con la EMPATÍA! La pregunta interna que puede ayudar a buscar conexión podría ser ¿Cómo es ser tú?, ¿Cómo es ser un seguidor de Uribe, o cómo es ser un seguidor de Petro?, por ejemplo. La idea no es responder con condescendencia, o desde la caricatura o los juicios, sino tratando de encontrar a la persona real. Pregúntate qué circunstancias sociales, económicas, de su biografía, le han llevado a esa elección. Es probable que con esto aún no sepas cómo tener la conversación, pero al menos te has liberado de entrar automáticamente a la conversación como un campo de batalla, y has entrado desde la INTENCIÓN de tener CONEXIÓN.

AUTO- EMPATÍA: Trata de identificar en ese momento cuál es tu dolor, temor, rabia, siéntelo con conciencia del impacto que tiene en tu vida, para que lo que hagas no se siga reproduciendo en la vida de otros, a través de tus palabras, pensamientos y acciones. Conéctalo con las necesidades que están insatisfechas en esa interacción, y busca una forma de expresarlo que te lleve a atender esa necesidad en lugar de aumentar su insatisfacción. Ingredientes para este proceso: PRESENCIA, AUTO-CONEXIÓN. Para expresarlo se necesita AMOR, VULNERABILIDAD y VALENTÍA, es en ese momento en el que buscas tu humanidad en el que se da un primera paso para humanizar la conversación.

Ahora, ¡demos un giro para liberarnos del odio! El odio es solo la muralla que nos protege para no sentir el dolor. Cuando soltamos el odio entonces se abre la puerta al dolor y todo el duelo que necesitemos hacer para vivirlo con sabiduría, lo cual implica romper el ciclo víctima- victimario. El odio también está relacionado con el miedo y nos da miedo lo que no conocemos, por eso es tan importante priorizar conocernos sobre tener la razón, debatir o contra argumentar. Podemos elegir parar de invisibilizar a la persona que tenemos en frente, diluyéndola en nuestros juicios e ideas. Hagamos el ensayo de convertir la conversación en una oportunidad de conocernos desde la curiosidad y el respeto, de entender qué es lo que es significativo para la persona que expresa un punto de vista distinto al mío. Pasemos de la guerra de los argumentos, en la que nos deshumanizamos, a una conversación en la que la que la persona importa más que cualquier idea. Y sobretodo, no seamos vehículo de odios ajenos.

Llegados a este punto: ¡Paremos de pensar que somos mejores que el otro! La clave aquí es la compasión que surge de reconocer que tod@s en este planeta hemos padecido las consecuencias de un sistema patriarcal, dominante y de separación, en el que hemos perdido el sentido de comunidad, conexión con la naturaleza, con nosotr@s mism@s, acceso al amor incondicional, al bienestar colectivo. ¿Qué tal si logramos empezar a cuidarnos entre nosotr@s así nuestras necesidades no dependen del gobernante de turno? El mundo es lo que cada un@ de nostr@s elije hacer y dejar de hacer en su vida cotidiana. Si queremos dejar atrás las estructuras que nos dividen y separan, empecemos a usar nuestra energía para conocernos y conectar.

Entonces, ¿podemos traer empatía y compasión al mundo de la política?: ¡Hagámoslo! Elevemos la calidad de nuestra vida, paremos de alimentar con nuestras vida el odio. La próxima vez que estén en una conversación, escriban algo en las redes, revisen antes si sus palabras invitan de alguna manera al odio, si deshumanizan o anulan al otro, o si, por el contrario, están invitando a irse en contra de alguien. Noten cómo se sienten, siendo más conscientes de lo que quieren alimentar y de lo que ponen afuera.

Si te estás preguntando cómo lograr este giro, Resuena te ofrece algunos caminos para activar la capacidad de priorizar la conexión en las relaciones de tu vida.

 
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