3 desafíos de vivir en comunidad y algunas claves para abordarlos desde la CNV

By: Tatiana Monroy y Gurujiwan

Si estás eligiendo vivir en comunidad, sea en un espacio rural o urbano, sin importar su tamaño ni las personas que la conforman (familiares, amig@s, personas que son nuevas relaciones en tu vida, etc.), te pueden aparecer muchas preguntas: ¿el modelo de comunidad es el apropiado para mí?, ¿es conveniente en este momento dar ese paso “al vacío”?, ¿qué necesito tener en cuenta para no fracasar en el intento?  

Aquí exploramos 3 desafíos que suelen aparecer, y algunas claves que la Comunicación Noviolenta ofrece para abordarlos de forma más armoniosa y consciente.

1) Dar cabida a lo nuevo y ampliar tu zona de confort

Un desafío común de vivir en comunidad es superar la resistencia natural que viene al moverse hacia lo desconocido, y esto puede darse en distintos aspectos.

Por ejemplo, pasar de vivir sol@ o con tu familia nuclear, a cohabitar con otras personas y/o núcleos familiares. Puede que pienses que estando sol@ no debes dar explicaciones por las decisiones que tomas al interior de tu hogar, y que al vivir con otr@s esta tranquilidad se pierde, y ya no estarás a resguardo de las opiniones de otr@s y de la vulnerabilidad que viene al exponerse. 

También está el desafío de cambiar tu lugar de residencia al espacio donde habitará la comunidad, y suele ocurrir que esto sea pasar de vivir en la ciudad a vivir en sus alrededores o en la ruralidad. Y claro, al hacer este movimiento piensas que perderás ciertas comodidades que vienen dadas, por ejemplo, la cercanía y concentración de puntos de suministro de alimentos, ropa, energía o combustibles.

En definitiva, una clave es que para vivir en comunidad requieres ampliar tu zona de confort, y desapegarte de algunas cosas conocidas para dar cabida a lo nuevo. Mientras eso va ocurriendo es posible que te corresponda pasar momentáneamente por sensaciones que pueden ser desafiantes, como la incomodidad por lo desconocido o incierto, la vulnerabilidad por sentir tu intimidad más expuesta o la inestabilidad que puede traer el ver cuestionadas algunas certezas en base a las cuales has tomado muchas de tus decisiones. 

Recuerda que ampliar tu capacidad para vivir en comunidad es un proceso, por lo que vas a requerir voluntad para disponerte de forma gradual al cambio. Si consideras que no estarás sol@ en eso, y habrá más personas transitándolo contigo, lo puedes vivir de una forma más tranquila. Tómate tu tiempo, busca redes de apoyo y anímate a probar en espacios en los que te sientas segur@.

2) Construir una economía del ganar ganar ganar

Otro desafío está en construir una economía comunitaria sustentada en estrategias que se basen en el principio de ganar ganar ganar (en donde simultáneamente ganas tú, la comunidad y el planeta en su conjunto). 

En la cultura de la dominación está instalada una lógica del ganar perder, y nos inventamos modelos donde unos satisfacen sus necesidades a costa de otr@s. Llevado al plano de lo económico, puedes moverte entre estos dos polos. Puede que, incluso sin darte cuenta, te veas queriendo ganar más y más, buscando un estatus por encima de otros, o resolviendo cualquier requerimiento desde una posición de “cliente” que todo lo puede comprar. Es decir, anteponiendo tus necesidades y preferencias personales ante todo, sin importar las consecuencias que esto puede tener más allá de tí y de tu familia.  En otro polo, puedes estar tomando una posición de confianza ciega y autosacrificio, entregando todo tu dinero y bienes a una comunidad que recién se está gestando, sin asegurar tu supervivencia personal básica ni tomar los resguardos para sentirte segur@ y protegid@. Es decir, poniendo por delante lo comunitario, pero a costa tuya.

Frente a este desafío, una clave es tomar conciencia de que desde la Comunicación Noviolenta existen 3 niveles de necesidades, y se pueden encontrar estrategias que las incluyan todas, sin que seas tú a costa de la comunidad, o la comunidad a costa tuya. 

Se creativ@ en la búsqueda de estrategias y entrégate a la curiosidad de explorar otras formas de hacer, como probar con economías mixtas (donde una parte es de uso personal y otra de uso comunitario). Algunos ejemplos podrían ser: 

• Emprendimientos productivos pensados desde la gestación de la comunidad con un modelo financiero escalable (apoyándose en expertos en el tema).

• Emprendimientos autogestionados agrupados  de forma voluntaria según afinidad y talentos (esto requiere conocerse con las personas, entender las necesidades que les impulsa a unir esfuerzos y las proyecciones de lo que se quiere lograr, entre otros pasos). 

Recuerda, desde el ganar ganar ganar aplicado al lenguaje de las necesidades que nos propone la CNV, tus necesidades personales son tan importantes como las de l@s otr@s de la comunidad. Si además consideras un tercer ganar en la ecuación, que es el respeto por el planeta en su conjunto, estarás contribuyendo a la vida en sus distintos niveles.

3) Transitar desde un pensamiento moralista hacia uno basado en las necesidades 

Uno de los desafíos más comunes en nuestras dinámicas sociales es el pensamiento moralista propio del paradigma  de la dominación, que cree que hay personas que actúan desde un lugar correcto y otras desde uno incorrecto. Desde esta forma de ver las relaciones, el que está bien debe ser premiado, y el que está mal debe ser castigado. 

A nivel comunitario esta clasificación entre “correcto” e “incorrecto” puede presentarse en muchos y diversos temas como la alimentación, la crianza de los niños, el manejo de los residuos, el uso de los espacios, el uso del tiempo personal y comunitario, las mascotas, las relaciones de parejas, etc. Incluso, puede que ahora mismo te das cuenta que piensas que quienes viven en comunidad son los “buenos” o los “correctos”, versus quienes no han tomado esa opción…

Así es como surgen los juicios, descalificaciones, etiquetas, la formación de bandos o posiciones polarizadas, y muchas otras formas de división y pérdida de conexión con aquellos que piensan “diferente a ti”.

Cuando nos enfocamos en la colaboración, conectamos desde la empatía y la compasión, es decir, desarrollamos la capacidad de escuchar y entender la humanidad que compartimos, nuestra realidad emocional, los pensamientos que nos habitan, las decisiones que tomamos;  nos brindamos la presencia suficiente para que podamos (si así lo queremos) construir creativamente puentes (estrategias) para atender las necesidades de l@s involucrad@s, poniendo atención en aquello que nos une más que en lo que nos divide.

Recuerda que transitar de un pensamiento a otro requiere de práctica, curiosidad, apertura y tratarte con muchísimo amor. Estás aprendiendo a transformar hábitos y comportamientos que han coexistido por muchas generaciones y que además son reforzados por la cultura dominante. Disfruta de este proceso de transformación celebrando tus logros y abrazando tus errores. 

En síntesis..

Como puedes notarlo, la vida en comunidad (cualquiera que hayas escogido) es una excelente oportunidad para ti y para la humanidad, porque sin importar el desafío particular que estés transitando, te impulsa a ser una mejor versión de ti mism@ y por ende, a contribuir a la vida desde ese compromiso de transformación. 

Te agradecemos por esa voluntad y nos sentimos comprometid@s como organización a acompañarte (si así lo eliges) para brindarte herramientas y espacios de práctica y aprendizaje. 

Gracias por hacerlo posible.

P/D: Sabemos que estos no son todos los desafíos y que incluso hay otros que consideres más importantes; te pedimos que nos dejes saber a través de los comentarios, qué otros desafíos te gustaría que tuviéramos en cuenta para mirar a la luz de la CNV.

Esenciales de Comunicación Noviolenta para Comunidades

Estamos por inciar nuestro próximo curso de Comunicación Noviolenta para comunidades. Si deseas fortalecer las relaciones contigo mismo y con los demás a nivel comunitario, este curso es para tí.

Para conocer toda la información del curso ve al siguiente enlace

Cierre de inscripción al curso: 28 de octubre